[Originalmente publicado en el blog de Eterna Cadencia]
En lo que indudablemente es una de las peores películas del año, sino la década, Brad Pitt hace de un escritor bloqueado que se toma unas vacaciones en un escondido y maravilloso hotel en el mediterráneo francés para ver si puede reencontrarse con su musa. De By the Sea (Frente al mar) escrita y dirigida por Angelina Jolie, situada en Francia de los 70, se puede decir en su favor que es una película visualmente bella, como una antigua revista Vogue. Los cuartos, las vistas, la ropa, los autos, las valijas… uno quisiera atravesar la pantalla y pasarse las inminentes vacaciones allí en el hotel donde el escritor alcohólico, Roland (Brad Pitt) y su esposa Vanessa (Angelina Jolie) una ex bailarina, ahora adicta a píldoras soporíficas, van a luchar con sus múltiples demonios.
En la función que yo asistí, un matiné, la audiencia consistía de tres parejas y yo mismo. Dos de esas parejas abandonaron la sala a los 40 minutos del filme. Es así de mala.
Pero lo nos concierne en este post son dos cosas: 1) La insistencia por la industria cultural en perpetuar los clichés sobre los autores y 2) cómo arruinar una buena historia.
Comenzamos por la segunda. (Te avisamos que te vamos a spoilear la película entera). La trama de By the Sea, en manos de alguien como James Salter, Milan Kundera o Marguerite Duras pudiera haber sido un cuento o nouvelle de antología. Una pareja bella, americana, pero torpemente francoparlante, aparece en un hotel al lado del mar. Un escritor torturado y una bailarina, aun relativamente joven, pero retirada del escenario. Ella nunca pudo tener hijos (tuvo dos abortos espontáneos) y hace años que no hace el amor con su marido. Ambos eran famosos, pero ya han sido descartados por la alta sociedad de Nueva York. El sigue fiel a su esposa, con paciencia. En el suite de su hotel ella descubre que hay un perfecto agujero circular, de unos 5 centímetros de diámetro, tapado por una elegante mesa de luz. Comienza a espiar cómo una bella y joven pareja, recién casada, hace el amor varias veces por día y varias veces por noche. El marido esta en el bar intentando escribir. No puede. Entonces fuma y bebe. Mientras tanto, las dos parejas se hacen amigos de vacaciones. Cenan juntos, juegan a las cartas, salen a navegar. Charlan de balcón a balcón. Luego, el escritor frustrado descubre el agujero también. Tiene su turno. Eventualmente, los dos se pasan los días y noches espiando escenas de sexo exuberante y maratónico. Ella (Jolie) incapaz de soportar la felicidad de los otros, termina seduciendo el joven de la pareja de al lado en un intento de romper el joven matrimonio. Pero no lo logra. Hay otros datos, pero esto es la esencia.
Valdría la pena llevar a un grupo de alumnos de un taller literario a ver esta película. Después la tarea sería: hagan un cuento con la misma trama. Podrían introducir variantes. Las vacaciones podrían ser en Mar de Ajó, por ejemplo, y en vez de un escritor frustrado, el protagonista podría ser un señor recién jubilado que no sabe qué va a hacer de su vida. Las posibilidades son infinitas.
La pregunta es clave para intentar a entender como funciona la creación de la ficción. La pregunta ¿Cómo se arruina una buena historia? al revés es ¿Cómo se cuenta una buena historia? Pero al preguntarla así, de manera afirmativa, obliga respuestas, planes de acción, una receta. Tal vez la mejor forma de contestar esta pregunta es a través de la acción, escribiendo. Por eso proponemos este ejercicio de reescribir By the Sea.
Ahora tomamos el mencionado Tema 1) el cliché del escritor en el cine. Aunque By the Sea es un melodrama y Pitt actúa su papel de una manera clásica, sin alguna ironía el resultado final es una parodia. En realidad, es tan mala la representación que vale la pena ir al cine antes que la saquen de cartelera (que asumo que será esta semana misma). Cruza esa frontera de lo meramente malo y se convierte en un grotesco objeto de fascinación.
Sería fascinante llevar a 10 autores y autores de verdad a verla y después pedirles sus reacciones escritas. Serían fascinantes.
La actividad principal de un escritor, de una escritora –su campo de acción esencial- es estar sentado por horas y horas escribiendo.
Cinematográficamente hablando, no puede haber algo más soporífico que esto. Y sin embargo, los escritores y la drama de escribir, ha generado decenas de películas. Listamos algunas.
Finding Forrester (2000), dirigido por Gus Van Sant
Total Eclipse (1995), dirigido por Agnieszka Holland
Barfly (1987), dirigido por Barbet Schroeder
My Left Foot (1989), dirigido por Jim Sheridan
Shakespeare In Love (1998), dirigido por John Madden
Midnight in Paris (2011), dirigido por Woody Allen
The Hours (2002), dirigido por Stephen Daldry
Naked Lunch (1991), dirigido por David Cronenberg
An Angel at My Table (1990), dirigido por Jane Campion
Barton Fink (1991), dirigido por los hermanos Coen
Fuente: Flavorwire: 50 Best Films About Writers, Ranked
Esta lista es una mera introducción al género del escritor o la escritora en el cine. Algunas de las películas son excelentes y logran mostrar al escritor como un personaje digno de ser considerado como una figura dramática. Sin embargo, ninguna se enfoca en el acto de la escritura. Ninguna puede mostrar o explicar de que consiste eso, más allá de lo mecánico.
En By the Sea, en la última escena, vemos a Brad Pitt sentado delante de su máquina de escribir –con visa al mar- por fin terminando su novela. Al fin, salió de una. Saca la última pagina del carril, la agrega a una pila contundente de hojas que, dada vuelta, vemos que es su novela, titulada By the Sea. Lo mete en un hermoso portafolio de cuero el cual cierra con un satisfactorio click de los botones. Listo, nos vamos. Se despide del dueño del bar, donde se pasó el verano entero borracho, se mete en un espectacular Citroën, y con su bella y ya sexualmente activa señora, parte hacía el horizonte.
Escribir, al final, es fácil, Es solo cosa de dejar de beber unos días, atornillar el traste a una silla, y tipear hasta que llegues hasta el The End.
Tareas para el hogar
- Si usted es escritor frustrado, o trabado, fijese en estos consejos de los grandes escritores de los últimos tiempos: 28 Tips for Writing Stories from Edgar Allan Poe, William Faulkner, Ernest Hemingway & F. Scott Fitzgerald
- El uso del internet está perjudicando nuestra capacidad de concentrarnos. Vayan a una librería de su barrio y cómprese el cuaderno más llano y humilde que haya. Uno de esos que llevan los más chicos al colegio para hacer sus deberes. Haga un compromiso consigo mismo de ir una hora por la mañana a un lugar sin internet (una plaza, una iglesia) pero fuero de tu casa y sin su teléfono. Trabaje así hasta que tenga completado un cuento o una nouvele titulada By the Sea. Vean cómo es escribir, pensar y meramente estar, sin la web como una mente auxiliar.
- Si tienen una máquina de escribir, sáquenla. Como en el ejercicio de arriba, comienzan a usarla bajo un horario fijo. Fíjense un proyecto con reglas básicas y cúmplanlas. Por ejemplo: Voy a escribir una página entera de A4 a primer momento de despertarme sobre lo que soñé la noche anterior. O, antes de irme a dormir cada noche voy a escribir una página entera –ni más ni menos- sobre un recuerdo de mi vida. Les va resultar muy extraño al principio escribir sobre un dispositivo que no está conectado al internet y sobre el cual no se puede borrar, copiar y pegar, o chequear ortografía. Si no tienen una máquina de escribir, consíganse una. Este ejercicio les puede cambiar radicalmente su relación con la escritura.
- Si no lo hacen ya, compren un cuaderno y una lapicera para tener encima todo el tiempo. Apunten siempre todo lo que les conmueve o le llame la atención. Llenen varios cuadernos hasta volver a leerlos todos en orden. Allí tendrán un tesoro. No solo la memoria de días ordinarios, pero también materia prima para media decena de buenos cuentos.