[Originalmente publicado en el blog de Eterna Cadencia 04-10-2016]
Sobre los papeles de Borges en la Biblioteca Nacional, reunión de materiales provenientes de colecciones privadas que por primera y única vez son expuestos en conjunto. La pequeñísima letra del maestro, auténticos laberintos de tinta negra.
Por Andrés Hax
La fama, su estatus de clásico internacional y el imperativo cultural de tener que haber leído Borges hace casi imposible que podamos experimentarlo como si fuera nuevo. Sabemos que su obra es totalmente única. Pero imagínense cuánto más sorprendente parecería un cuento suyo si lo pudiéramos leer por primera vez sin conocer nada del autor ni de su abrumadora importancia.
En estos días primaverales de Buenos Aires existe la posibilidad única de experimentar su escritura de una forma vertiginosamente íntima. Una muestra en la Biblioteca Nacional, que durará hasta el fin de este año, reúne manuscritos de nuestro autor capital. La exhibición también incluye otros valiosos elementos, como libros de Borges marcado por él mismo y video-testimonios de autoras y autores argentinos contemporáneos sobre la importancia de Borges; pero sin duda el núcleo duro consiste en las páginas originales sobre las que escribió diez de sus cuentos más importantes, incluyendo La biblioteca de Babel y Las ruinas circulares.
Poder observar la prolija y pequeñísima letra de Borges, ver las efímeras hojas arrancadas de un libro de contabilidad sobre el cual escribía, mirar sus tachaduras, sus apuntes, la marginalia sobre sus propios borradores es como tener la mano apoyada sobre su hombro y espiarlo mientras que escribe. Casi se llega a oler su aliento, tan íntima es la experiencia. Y hasta puede provocar un pequeño ataque de síndrome de Stendhal. ¿Son reales estos documentos? ¡¿Esta es la letra de Borges?! ¿Así -tal cual- escribió La biblioteca de Babel?
Es urgente que vayan. Y preferiblemente pronto y varias veces, porque no se volverán a ver estos manuscritos todos juntos ya que han sido prestados por coleccionistas privados. El manuscrito de La Biblioteca de Babel, por ejemplo, ni siquiera fue parte de la muestra original, titulada Borges el mismo, otro. Esta joya de la corona la consiguió el director de la Biblioteca, Alberto Manguel, cuando se cruzó con ese manuscrito por casualidad absoluta. Repetimos. Estos papeles extraordinarios están en colecciones privadas. Es casi imposible que se vean juntos otra vez, en Buenos Aires o en cualquier otro lugar del mundo.
2.
Vamos a ofrecer un escueto plan para aprovechar bien esta muestra. Consiste en leer, mirar y escribir. Y después en releer, re-mirar y reescribir. Los efectos son transformativos. En escala menor y silenciosos pero transformativos de todas maneras.
Los materiales requeridos consisten en cuatro elementos:
Primero, los textos de los siguientes cuentos, cuyos manuscritos se pueden ver en la exhibición de la Biblioteca. Son:
Emma Zunz
Examen de la obra de Herbert Quain
La biblioteca de Babel
Las ruinas circulares
El acercamiento de Almotasím
La forma de la Espada
Tema del traidor y del héroe
La biblioteca total
Las Kennigar
Pierre Menard, autor del Quijote
Segundo. El catálogo de la muestra Borges el mismo, el otro. Sale 140 pesos y se consigue en la librería de la Biblioteca Nacional(Avenida Las Heras a unos pocos metros de la esquina de Agüero). Aparte de unos valiosos ensayos explicativos, este tomo es esencial porque contiene facsímiles de algunos de los manuscritos que componen la muestra. Por razones de copyright no están duplicados en ningún otro libro. Tampoco se pueden tomar fotos en la exhibición.
Tercero. Buscar el folleto desplegable que se consigue gratis en la muestra misma. Es una fantástica cronología que superpone datos sobre la vida de Borges, sus lecturas, su producción literaria y eventos mundiales. Es una guía extra para este proyecto de lectura, pero es tan hermosa que la van a querer enmarcar. La misma se puede ver en forma de gigantografía en la pared detrás de las ochos vitrinas que albergan los tesoros bibliográficos borgeanos.
Cuarto. Una pluma de tinta negra y trazo fino, y un cuaderno nuevo.
3.
Lo demás está en sus manos. Lean los cuentos. Vayan a la biblioteca para ver –literalmente- cómo fueron escritos. Vuelvan a leerlos. Vuelvan a la muestra. En su cuaderno escriban, de puño y letra, impresiones, improvisaciones, anotaciones. Es importante escribir a mano y en un cuaderno. Propóngase intentar de escribir tanto tiempo cada día con pluma sobre papel que hacen sobre teclados o pantallas. Propóngase el ejercicio de relectura de estos diez cuentos, tantas veces que ya empezás a leerlos por sus sonidos o solo a seguir las formas de las palabras cuyos significados tienes casi memorizado.
Si hacen esto durante los siguientes tres meses algo cambiará dentro de su ser. Si son escritores, saldrán de la experiencia mejores escritores. Si son lectores, mejores lectores. Si son humanos, mejores humanos.
No pregunten cómo funciona. Es un misterio. Pero funciona. Empiezan ahora mismo. Tienen hasta fines de diciembre.